En el día de hoy les presentó la LEYENDA DE MARÍA DEL PARDO; leyenda que vincula la historia del pueblo antioqueño en relación a la búsqueda y explotación del oro y también a nuestra población, donde se conserva en la memoria oral de sus pobladores algunas historias sobre la presencia de María del Pardo, en particular con relación al origen de nombre de nuestro cerro titular: El Patiburrú. A continuación les transcribo un texto escrito por Paula Andrea Giraldo Restrepo, historiadora de la Universidad Nacional de Colombia, quien realizó en trabajo para la Gobernación de Antioquia en el año de 2007 titulado "Mujeres Antioqueñas en la memoria de la Ciudad". Esta transcripción se acerca al origen de la Leyenda de María del Pardo a nivel regional. Finalmente, después de este relato, les transcribo una narración de un Maceíta que nos cuenta una versión local de dicha leyenda. Espero disfruten de la lectura de esta apasionante narración.
María Ceteno o María Zafra o María del Pardo
"María Centeno era una de las tres hijas de Capitán Fernando de Zafra y Centeno y de Juana Taborda, vivió entre 1658 y 1645 y fue propietaria de grandes minas de oro en Buriticá y Remedios. A María, los mineros antioqueños le tenían una especial admiración por ser la primera mujer que con su cuadrilla de esclavos se dedicó a explotar el oro en las minas de Buriticá.
El Capitán Zafra y Centeno era hijo lejítimo de don Fernando de Zafra Centeno y de Catalina Fernández y desde muy joven se vinculó a la carrera militar para prestarle sus servicios al Rey de España. A las órdenes de su Majestad estuvo en Italia, España, Alemania y Hungría y en 1548 llegó al puerto de Pernambuco, en Brasil, como Alguacil Mayor de una expedición; posteriormente el Capitán llegó a la isla Margarita -en Venezuela- para defenderla de los ataques de corsarios franceses y en 1555 pasó a la Gobernación de Popayán.
En 1556, el Capitán Fernando de Zafra y Centeno llegó a la ciudad de Antioquia donde conoció a Doña Juana Taborda, su futura esposa; ella era hija de Don Juan Taborda, el hombre más importante de la ciudad, y se casó en primeras nupcias con Don Francisco Moreno de León, quien acompañaba al capitán en su expedición. Don Francisco Moreno falleció a principios de 1562 y en abril de 1563 el Capitán Fernando de Zafra contrajo matrimonio con Doña Juana, de cuya unión nacieron Hernando de Zafra y Taborda, María, Catalina y en 1572 Juan Centeno Taborda, pocos meses después de haber muerto su padre en Tunja.
María Centeno contrajo matrimonio tres veces, su primer esposo fue Don García Jaramillo de Andrade, un acaudalado minero y hacendado que explotaba las ricas minas de San Román en Buriticá, en compañía del gobernador de la provincia de Antioquia don Gaspar de Rodas; al morir el señor García Jaramillo, su viuda heredó las minas y durante más de veinticinco años, con 508 negros, siguió extrayendo oro en enormes cantidades para enviarlo a España. El segundo matrimonio de María Centeno con Alonso de Rodas Carvajal -apodado "El Mozo"- , un Capitán que era hijo de Don Gaspar de Rodas y aunque tenía origen mestizo, en razón de su fortuna aparecía como blanco y tenía el mismo estatus social privilegiado de la élites. Por último María se casó con el Capitán Fernando de Ocio y Salazar, quien murió cuatro meses antes que ella, el 7 de abril de 1645.
María Centeno heredó de su padre y de sus esposos una rica fortuna representada en minas de oro y en grandes latifundios en el occidente antioqueño, para llevar el aguas a las minas construyó un acueducto de quince kilómetros. Los mineros convirtieron a esta mujer en un mito y pensaban que tenía pactos con el diablo, algunos decían haberla visto atravesar el río Cauca cabalgando por los aires con el demonio en forma de mula negra y otros que en Puerto Valdivia existía la roca de María Centeno, con la huella de las herraduras del satánico corcel.
Cuenta la leyenda que en los primeros años del siglo XVII, María Centeno le ordenó a un esclavo que ocultara sus tesoros en lugares difíciles de encontrar, pero cuando pasaron cerca de uno de los afluentes del río Herradura, las mulas cargadas de oro se enfermaron y se vieron obligados a quedarse en ese sitio. Al no encontrar seguridad para su tesoro, María Centeno le dijo a su esclavo "Abrí un hoyo aquí" y desde entonces el pueblo antioqueño de Abriaquí quedó ligado a las tradiciones legendarias de esta aguerrida minera.
Se dice que María Centeno fue la más famosa buscadora de oro, una mujer con muchos ímpetus, luchadora y perseverante, que se enfrentó con tenacidad a la naturaleza y con fortaleza a los hombres."
La Leyenda de María del Pardo en Maceo
No se ha podido establecer en que momento los maceítas adoptaron esta leyenda y vincularon el cerro Patiburrú a ella. Lo cierto es que la leyenda aún pervive entre los maceítas después de ser transmitida oralmente de generación en generación. Veamos la versión que nos dio el Señor Roberto Castaño (Q.E.P.D).
"María del Pardo era una señora que venía de Yolombó, por el camino rial, y cuando iba atravezando el cerro uno de los burros que llevaba una carga de oro se cayó y como iban amarrados unos con otros se los llevó a todos, y éste se quebró una pata, rodó y fue a dar a una quebrada que queda por allí. Doña María del Pardo era de las mujeres que más ricas existían en ese tiempo existían. Es por eso que desde ese día bautizaron ese cerro con el nombre de Patiburrú."