domingo, 21 de octubre de 2012

Espantos en el Patiburrú

El cerro Patiburrú, además de ser uno de los referentes geográficos más importantes del municipio, se constituye en un referente cultura en el que convergen historias contadas por las gentes como la existencia de una "antigua" colonia penitenciaria de su cima. La Leyenda de María del Pardo y los espantos y aparecodos. Personalmente recuerdo la historia de un tesoro oculto que se aparece los Viernes Santo en el Patiburrú, me la contó un vecino de más de setenta años. Allí alrededor del anciano sentados en horas de la noche en una acera de una casa de bahareque estuvimos varios niños escuchando esta historia que nos colmó aquella noche de fascinación y despertó aún más nuestra imaginación. La siguiente es tal vez un versión muy cercana a la que nos contó aquella noche:

Espantos en el Patiburrú

"Es que hay un encanto que se abre todos los Viernes Santos una hora a las doce del día. Una vez, una niña se fue a hacerle un mandado a su mamá, que la mandó para los lados del Patiburrú. Cuando pasó justo el Viernes Santo a las doce del día, la niña vio que se abrió una puerta y se entró para allá y no salió antes de que se cerrara la puerta; se quedó allá adentro todo un año, hasta que se volvió a abrir la puerta. Cuando regresó a su casa la mamá se sorprendió mucho al verla y de preguntó:

-Usted donde estaba, mija?

Y la niña le contestó:

-Yo estaba haciendo un mandado, usted no me mandó pues a hacer un mandado.

Lo que pasó en un año, a la niña le pareció que había sido un rato.

Lo que pasa es que el Patiburrú tiene un encanto, dicen además, que algunos han visto a una gallina con uno pollitos que caminan detrás de ella y que si uno está atento y le tira una reliquia a uno de los pollitos, éste se convierte en un pollito de oro.

Dicen también que unos mineros que venían una vez de Segovia estaban buscando el entierro del Patiburrú, y estando dentro de una mina, rugió la tierra y se empezó a tapar la mina hasta que quedó un agujero por donde solo cabía una persona, y por allí lograron salir los mineros muy asustados con una bolsas llenas de oro, pero cuando las abrieron el oro se había vuelto negro. Es que como el oro del Patiburrú está encantado el lo cuida y no deja que nadie se lo lleve."

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