martes, 16 de octubre de 2012

Sobre cómo llego la "LUZ" a Maceo

Don Alfonso Hincapié, tomó la escalera y subió lentamente, paso a paso... la gente del pueblo esperaba expectante y le decían: !Hombre Alfonso¡ Te va a matar esa luz. Su esposa lloraba y le reiteraba: !Mijo¡ cuidao que lo va a matar esa luz.

Sin embargo Alfonso siguió su ascenso hasta lo alto del poste. Tomó el interruptor  y cerró el circuito eléctrico, luego se escuchó un chispazo en instantáneamente salió un rayo de luz amarillo intenso de las lamparas iluminando las calles empedradas, mientras un grito de algarabía reflejaba la alegría de los maceítas que miraban asombrados esa luz tan hermosa que traía consigo en anhelado progreso, del que se tenía noticia a través de las historias escuchadas en los escasos radios de pilas y los comentarios de paisanos que habían visitado la ciudad.

Don Alfonso nos cuenta como fue ese maravilloso momento:
"Yo subí eso y ¡Pluuuuuuuum¡ y llegó la luz.
¡Eso fue mucha la alegría de esa gente¡... Yo me bajé de la escalera, pero hay mismo de tiraron para arriba y me decían:   - ¡Hombre Hincapié¡, hombre que luz tan bonita.-  Y la gente gritaba:  -¿Me va a vender luz a mí? ¿Me va a vender luz a mí?

Luego de este evento Alfonso Hincapié, volvío a desconectar, bajó de la escalera y con la ayuda de la vara volvió a cerrar el circuito y la gente entró en jolgorio nuevamente. Alfonso fue aclamado por la gente y le llenaron los bolsillos con billetes; Ese mismo día se armó una fiesta en el pueblo, la gente recorría la Carrera Bolívar de arriba a a bajo para ver el hermoso iluminado público.

Este acontecimiento inició un cambió para lo maceítas, las calles iluminadas fue despojando el lugar de espantos y los bultos que se escondían en las calles oscuras, dejó atrás poco a poco a los merenderos que se ganaban la vida de cantina en cantina y el hogar se pobló de electrodomésticos. Cambios fueron vistos por don Alfonso Hincapié que se convirtió en el electricista de todos los maceítas durante medio siglo y al que hoy le rendimos este humilde homenaje.

Nota: Los acontecimientos aquí narrados a modo de crónica ocurrieron en el mes de diciembre de 1962. y fue inspirada en una entrevista concedida pro don Alfonso Hincapié, que en paz descanse, el 19 de octubre de 2009.

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